He aquí, lo exquisito de las palabras, cuando se abrazan con la lectura: se nace se vive -se recorre tiempos-, se muere y renace, se siente y se aspira; se ríe se llora, se piensa y se actúa. Y es que -a las palabras- hay que darle alas. Fijadas en frases, versos y poemas, en cuentos e historias, ensayos y prosas; pensadas o impresas -todas- remuneran, el grandioso gozo de ganar espacio para -vivirlas- y ser <lo que debemos> seres conscientes...
3 de diciembre de 201516
©®Ivette M. Quiles Silva
con cariño... Campesina, Brillamor
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