El dios de este mundo, diseño su templo,
y en días y noches, mañanas y tardes
-acuden sus fieles- en pos de adorarle.
Su astucia tan grande, le hizo poderoso,
que niños y ancianos, jóvenes y adultos
-devotos al templo- le rinden tributo.
Brindando a su reino, alta devoción,
le entregan el alma con grato fervor
poniendo la vida en su disposición.
Y en ritual acción, conducen su sino,
al lloro y lamento que sin ton ni son
es la recompensa, del ferviente amor,
por su amado dios.... "Don Dinero"
9 de marzo de 2015
©®Ivette M. Quiles Silva
con cariño... Campesina, Brillamor
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